Es una patología muy frecuente. Consiste en la inflamación de la mucosa del estómago (lo que se conoce como gastritis) y la del intestino (enteritis). Lo más habitual es que esté provocada por un virus, que puede ser de diversos tipos, según explica Enrique Peña Forcada, miembro del Grupo de Trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. La gastroenteritis de origen vírico también recibe el nombre de gripe intestinal.
Los expertos de la División de Enfermedades Virales del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de Estados Unidos detallan que, entre los virus que causan la gastroenteritis, se incluyen los rotavirus, adenovirus, calicivirus, astrovirus, virus de Norwalk y un grupo de norovirus.
Las bacterias también pueden provocar gastroenteritis, aunque es algo que ocurre con menos frecuencia. “Estas suelen estar en relación con ciertas intoxicaciones alimentarias debidas a distintas causas, como la elaboración de alimentos con una higiene deficiente o su mala conservación”, comenta el doctor Peña.
Cuando se presenta un cuadro de gastroenteritis, hay que prestar una atención especial para prevenir la deshidratación. Esta puede darse debido a una importante pérdida de líquidos a través de los vómitos y la diarrea.
Por ello, para superar la enfermedad, el primer consejo del doctor Peña es tener un buen aporte de líquidos. “Hay que tratar de beber poco a poco pero de forma más o menos continua durante todo el día. En principio, podemos usar cualquiera de las soluciones de rehidratación oral que existen en el mercado, siempre que sigamos bien las instrucciones de uso”.
Al mismo tiempo, el facultativo sostiene que, salvo que haya una intolerancia completa a la comida y se vomite sistemáticamente todo el alimento, no es conveniente dejar de comer por completo. “Se debe comer poco a poco, en pequeñas cantidades, sin llenarse y masticando bien”, detalla.
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